Mi nombre es Catherine Alicia Merizalde, nací en Bogotá hace unos cuantos años, mi familia materna es proveniente del valle, más específicamente de la cumbre… crecí en un hogar rodeada de mucho amor brindado por mis madres, mi abuelita quien fue y seguirá siendo el pilar de nuestra familia, una guerrera de carácter fuerte pero a la vez una dulce y magnifica mujer; mi tía (la menor de las hijas de mi abue) quien a pesar de ser muy joven cuando mi hermano y yo éramos niños, siempre estuvo al pendiente de nosotros cuando mi mamá trabajaba, y por supuesto la mujer que me dio la vida, mi madre a quien amo con todo mi corazón y le agradezco  a diario por ser padre también en nuestras vidas y por estar a mi lado. Tengo un hermano mayor, a quien siempre he admirado por su inteligencia, a veces me estresa, pero es normal, es un hermano.

Mi abuelo materno no tuve la dicha de conocerlo en persona, pero lo aprendí a conocer por medio de los relatos de mi abue y mi mamá, él era maestro del distrito (pequeño detalle que mi mamá había olvidado contarme y que me enteré al terminar mi pregrado) sin saberlo nos heredó el amor por la educación.

Conocí a mi papá al cumplir los 12 años, en realidad no fue mucho el tiempo que compartí con él y su familia, nunca entendí porque no me quería, porque no quiso estar a mi lado, y no lo sabré nunca, ya que falleció el año pasado, pero para ser sincera siento que no me hizo mucha falta, ya que mi padrino nos ha acompañado hasta el día de hoy y lo veo de cierto modo como esa figura paterna.

Desde muy pequeña me gustaba jugar con mis muñecos e imaginar que ellos eran mis estudiantes, fui creciendo y esa inclinación hacia la docencia se incrementó y comenzó a mezclarse con el gusto por la psicología, pero al terminar el bachillerato el amor por la pedagogía ganó y así fue que entré a estudiar a la Antonio Nariño, en donde solo pude hacer 2 semestres de Lic. en preescolar, debido a que mi mamá se quedó sin trabajo y no pudo pagar más mi carrera, así que comencé a trabajar con la ilusión de pronto retomar mis estudios, ilusión que se postergó por casi 9 años, cuando una amiga que trabajaba en la U del Tolima y a la que le agradezco en el alma, me insistió y ayudo económicamente para que continuara estudiando, para esa época ya era madre de un hermoso bebé, que por cierto es mi vida, llamado Martín, quien en la actualidad tiene 12 años, así que con un gran esfuerzo retomé los estudios graduándome en el año 2104 y hoy estoy aquí, feliz de estar estudiando nuevamente.